Asylum Access México, Palenque, Chiapas
In southern Mexico, migrants who seek asylum face a lack of infrastructure, scarce job opportunities, worse pay and increased xenophobia, compared to states further north. Since migrants are only given 30 days to apply for asylum from when they enter the country, not everyone can make the difficult, lengthy journey to the northern border and many are given no choice but to settle in the southern states.
Slightly off the beaten path of general migration routes, Palenque usually receives less migrant traffic. In recent months, there have been even fewer new arrivals and migration stations remain virtually empty. Glenda Aguilar, an Asylum Access lawyer and leader of the Palenque office explains how the economic situation has changed for migrants and why many have chosen to migrate up north or return home.
Before the pandemic, 40 to 50 migrants lined the perimeter outside the Asylum Access office everyday to discuss their cases and prepare for their COMAR interviews. Since then, COMAR continues to operate with restricted hours, but Asylum Access lawyers handle just a fraction of the cases they used to every day.
The main reason people seeking asylum have decided to abandon their cases is not due to complications with their cases or a government shutdown, but a lack of job opportunities. In southern Mexico, there are very few employers who will hire undocumented migrants and those who do offer very low wages. While migrants in the asylum process are legally entitled to work permits, they are difficult to access in practice. Asylum-seekers are obligated to stay in the state where they applied for their entire asylum process, which could take over a year even before the pandemic. Therefore, many migrants have either decided to abandon their cases to look for work in the northern states or return to their countries of origin.
Currently, there are only six migrants waiting in the migration station in Palenque, compared to 30 prior, with only half of them applying for asylum. The other half are waiting for government assisted return to their home countries once the borders reopen. Local shelters are also virtually empty and since the end of March, almost all of them have shut their doors to newcomers. Anyone who has arrived since then has been offered a free night in a hotel and a one month economic stipend to cover rent and food provided by UNHCR.
According to Glenda, there have been very few new asylum seekers arriving in Palenque and migration to the north has also been limited in recent weeks. One of her contacts with the Red Cross that operates from a post on the main migration route from Palenque to Northern Mexico said that they used to see about 20 people every day, but now they encounter very few making the journey north every week. In addition to helping remaining asylum seekers with cases, Glenda and Asylum Access assist in establishing communication networks with other organizations that provide mental health services and economic assistance.
Although migrants are still able to apply for asylum in Palenque, the economic situation is driving many to abandon their cases in order to support their families. Until COVID-19 poses less of a threat, work is likely to remain scarce and asylum cases will drop. For the time being, Glenda and her team will do everything possible to help those who have chosen to remain in Palenque.
Asilo en una pandemia: Palenque, Chiapas
Al sur de México, las personas solicitantes de asilo se enfrentan a una peor falta de infraestructura, menores oportunidades económicas, salarios más bajos y una xenofobia más marcada que en los estados del norte. Ya que las personas migrantes solo cuentan con 30 días para solicitar asilo desde el momento en que entran a México, no todas pueden terminar el viaje largo y difícil hacia el norte del país, por lo que muchas deciden hacer su solicitud en los estados del sur.
La ciudad de Palenque, en el estado de Chiapas, está ubicada un poco alejada de los caminos de migración más conocidos, y por eso tiene un menor influjo de migrantes. En meses recientes, ha recibido incluso una menor cantidad de personas migrantes y las estaciones migratorias han quedado prácticamente vacías. Glenda Aguilar, abogada de Asylum Access México y líder de la oficina de Palenque, explica cómo la situación económica ha cambiado para las personas migrantes y por qué muchas han decidido emigrar al norte o regresar a sus países de origen.
Antes de la pandemia, alrededor de 40 a 50 personas migrantes se formaban a diario fuera de la oficina de Asylum Access México para discutir sus casos y prepararse para sus entrevistas con la Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiado (COMAR). Pero, desde el inicio de la cuarentena, COMAR opera en horarios restringidos y los abogados de Asylum Access reciben tan solo una fracción de los casos de antes.
La razón principal por las que las personas solicitantes de asilo deciden abandonar sus casos no está relacionada con el cierre de las actividades gubernamentales ni con complicaciones legales, sino con la falta de oportunidades laborales. Al sur de México hay muy pocos empleadores dispuestos a contratar a personas solicitantes de asilo y migrantes sin documentos, y aquellos que lo hacen ofrecen salarios muy bajos y sin las prestaciones que señala la ley.
Aunque las personas solicitantes de asilo tienen derecho a tramitar y recibir permisos de estancia que autorizan trabajar y permanecer de forma regular en México, en la práctica es muy difícil obtenerlos. Aunado a que todos los solicitantes están obligados a permanecer en el estado del país donde iniciaron su proceso, cuya resolución tomaba hasta un año antes de la pandemia.
Así, muchas personas migrantes han decidido abandonar sus casos para buscar trabajo al norte del país, o han regresado a sus países de origen.
Actualmente, solo hay seis personas migrantes en la estación migratoria de Palenque, comparadas con las 30 que había antes de la pandemia. Solo mitad de las personas en la estación han solicitado asilo en México, mientras que la otra mitad está esperando el retorno asistido del Gobierno para regresar a sus países de origen una vez que las fronteras reabran.
Los albergues locales también están casi vacíos y, desde finales de marzo, casi todos han cerrado sus puertas a nuevas personas. A ciertos solicitantes de asilo que han llegado desde entonces, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) les ha ofrecido una noche gratis en un hotel y apoyo económico de un mes para encontrar un apartamento y comprar comida.
Según Glenda, en semanas recientes, muy pocas personas solicitantes de asilo han llegado a Palenque y la migración hacia el norte también ha disminuido. Con información proporcionada por una persona de la Cruz Roja, que opera desde un puesto ubicado en la ruta principal de migración de Palenque al norte de México, refiere que solían atender alrededor de 20 personas diariamente, pero ahora encuentran a pocas personas haciendo el viaje. Además de seguir apoyando los casos de solicitud de asilo que quedan, Glenda y su equipo establecen canales de comunicación entre las personas solicitantes de asilo y otras organizaciones que proveen servicios de salud mental y asistencia económica.
Aunque las personas migrantes todavía pueden solicitar asilo en Palenque, la situación económica está obligando a muchas a abandonar sus casos para concentrarse en sostener a sus familias. Hasta que la amenaza de COVID-19 disminuya, las oportunidades de empleo probablemente permanecerán escasas y la cantidad de casos de solicitudes de asilo seguirá disminuyendo en esta ciudad. Por el momento, Glenda y su equipo seguirán haciendo todo lo posible por proteger y ayudar a aquellos que continúan en el proceso de solicitud de asilo en Palenque.